lunes, 22 de agosto de 2011

felices vacaciones II

..."El viajar es un placer, que nos suele suceder. En el auto de papá nos iremos a viajar. Vamos de paseo pipipi en un auto feo pipipi pero no me importa pipipi porque llevo torta pipipi"...
Así, con la banda sonora de los payasos de la tele, y en concreto con la tonadilla "en el auto de papá", se desarrolló la segunda parte de este periplo vacacional hasta mi tierra mora.
Felices, contentos, satisfechos por el viaje tan estupendo que tuvimos, recogemos nuestro equipaje y nos dirigimos al mostrador de alquiler de coches. Siempre me ha cabreado mucho, una vez cerrado el contrato del coche, las explicaciones que te "lanzan"para encontrar el vehículo: "Salga del aeropuerto. Verá un pequeño montículo. Siga hacia delante. Luego gire a la derecha. Verá a una persona de nuestra agencia que le entregará la sillita para el bebé y que le indicará donde se encuentra el vehículo." Vale. Hasta aquí, todo bien. Bueno, no. Nada más salir del aeropuerto, equivocación. Teniendo el montículo justo delante de nuestras narices, lógicamente, al igual que cualquier mortal, en vez de ir por la derecha, que justo es donde estaba el badén, no sé porqué razón, o si tiene algo que ver con alguna ley física, nuestra tendencia es la de dirigirnos hacia la izquierda. Gracias que el trayecto no fue mucho, pero bastó para que comenzara el desbarajuste dentro del parking del aeropuerto.
Rectificamos, al igual que los pilotos de carreras, y ya en la dirección correcta y con la instrucciones memorizadas, giramos a la derecha y efectivamente la trabajadora nos estaba esperando con la sillita de coche y con bastante prisa. Y las prisas no son buenas consejeras."Señorita, ¿nos podría indicar cómo llegar hasta el coche?"La sevillana nos dice: "Clarooo, zi. Uté, zale ahora de agquí y ¿ve donde etá la máquina pa pagar el coshe? Po zigue reto. Verá un pazo peatone. Zigue, zigue, zigue. Luego a la deresha. Verá donde etán tó lo coshe de la caza de alquilé. Po tuerce a la iquierda y allí eta." Contestación nuestra: "Estupendo. Nos ha quedado clarísimo. Gracias." Boquiabiertos, estupefactos. Como dos pasmarotes y sin saber como, nos dimos media vuelta para iniciar nuestra particular Odisea.
Con Bruno en brazos. Jose llevando el carrito, que resultó ser más un estorbo que un apaño y motivo para aumentar la ansiedad del momento,- el puñetero carrito no iba derecho ni "pa trás"-, mi Ulises casi se deja, las cervicales junto con la garganta, soltando improperios y blasfemias al amasijo de hierros con ruedas. Por fin, encontramos el coche: creo que jamás me había encomendado tanto a un santo como en esta ocasión.
Dispuesto el equipaje en el maletero; Bruno en su sillita; yo junto a él; y Jose conduciendo, partimos rumbo Granada. Ahora la prueba siguiente era: Salir del aeropuerto. Primer obstáculo: encontrar la indicación de salida. Cómo ya he comentado al principio, la tendencia fue la misma: ir en dirección contraria para salir al acceso de autopista. Esta vez los candidatos a recibir los insultos fueron: AENA, la empresa que gestiona el parking, Obras Públicas y si me apuras, hasta los mismísimos Payasos de la tele que se escuchaban de fondo haciendo las veces de censura sonora a cada blasfemia que se soltaba en el interior del coche.
Salimos y, segundo obstáculo: programar el GPS. El GPS se rie de mi queridísimo haciéndole dar vueltas sin parar en una rotonda, cual tiovivo; lanzándonos hacia una base militar en el culo de Sevilla. Hasta que, tras el correspondiente insulto al cacharro (¡Me cago en el puto chino que te fabricó!) y vuelta a restablecer la ruta;  por fin nos vemos, sin saber cómo en la A92 hacia Granada "Tierra Soñada por mí".
Por fin, las vacaciones iban a comenzar. Por fin, la caló, las cervecitas y el tapeo. Por fin, la Operación "XXS" iba ha hacerse realidad: Xola, Xiringuito y Sol. Bienvenido querido verano!!!

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