viernes, 20 de enero de 2012

De Robocop a Teletubbi.

¿Cuántas veces, cuando erais pequeños, habéis utilizado esta frase? "Mama, me duele la barriga. No quiero ir al colé." Yo, infinidad. Según mi madre: "¡Cuentítis! Era lo que tú tenías." Mi madre, tan maternal como siempre. 
Esta forma tan enérgica y tajante de quitarle hierro al asunto, (pensando que es un invento y un pretexto para no hacer algo que no deseas), hasta que no han pasado los años no la entendí. Ahora, más mayor, con 38 años de experiencia vivida junto a mi briosa madre, la justifico a través de una de sus frases más célebres con cierto ramalazo endémico-identitario. Vamos, que lo da la tierra. Y es la siguiente: "Es lo que tiene ser una chicarrona del norte: nada es dolor hasta que te anestesian, te amputan o te partes algo." Así que, visto, lo visto, un dolor de barriga, en la escala del umbral del dolor, de mi vetusta madre, debía de superar los 140 dB para que le doliera por ejemplo, el oído. A veces, pienso que mi madre no es Humana. 
Tras esta breve descripción sobre la tolerancia al dolor de mi incisiva mamá, he sido testigo de como su discurso que casi roza el PARADIGMA, se ha debilitado y se ha esfumado en cuestión de segundos cuando vio, escuchó y sintió a su dulce nieto reproducir la misma locución que su madre hiciera, años a, con la misma pena, melodrama, sentimiento, congoja y quebranto: "Maaaamiiii. Me duele la barriga."
Increíble esto de las abuelas. Rápidamente, sin darme lugar ni a decir; "mus". La diligente abuela estaba cogiendo al paciente entre sus brazos besándole y susurrándole en idioma indio Pawnee cursi: "¿Chi? ¡Qué le pacha a mi chol! ¿Qué chiene chuchita en la pansotita?"(Traduzco: ¿Si? ¡Qué le pasa a mi sol! ¿Qué tiene dolor de barriga? ) Casi me tienen que reanimar de la impresión. Mi madre, Robocop. Todo un mito del rigor, de la disciplina, de la fortaleza. Parecía ahora, un pegajoso, empalagoso, empachoso y meloso Teletubbi. "¡Mamá! ¿Esta no puedes ser tú?" La toqué varias veces la frente. La besé. Incluso la zarandeé para que saliera de ella Laaa-laaa, la teletubbi amarilla, ser estomagantemente indigesto donde los haya. Icluso me rondó la idea de echarle agua bendita, aunque claro, eso iba a ser más difícil. Intenté averiguar, a través de preguntas de descarte, si realmente estaba endemoniada, diciéndole: "Esto pasará. ¿te has dado algún golpe mientras dormías y no te has enterado? ¿Algún efecto secundario de la medicación?" "¿Viste algún dramón de Antena 3 anoche, que te dejó alelada?
"¡Qué no, nena! ¡Qué no! ¡Anda ya! ¡Qué estás boba! "
La Tata, ha sufrido una metamorfosis. Quizás, la próxima vez que la vea su cuerpo es totalmente redondo, con orejas grandes y con un tubo en la cabeza a modo de antena. ¡A Bruno le encantará tener a la primera abuela reencarnada en Teletabbi! Pero y ¿a mi padre? ¿a sus amigas? ¿a sus vecinos/as? ¿Vivir como un Teletabbi será difícil? ¿Será mejor seguir siendo Robocop? No lo creo. Estoy segura que el nuevo rol de mi madre es el mejor en el que se haya sentido jamás: LA TATA TELETABBIE!!!

4 comentarios:

  1. jua jua jua qué bueno Yolanda!!
    pero es que Bruno es tan "achuchable" que es normal que tu madre se derrita por él.

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    Respuestas
    1. Si. La verdad. El martes, cuando se marcharon a Granada, la probre se puso a llorar como una magdalena, cuando se despidió de Bruno. Nos emocionamos los tres. Parecía una escena de "Amar en tiempos revueltos". Por cierto, CMED, ¿quién eres?

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  2. Las mutaciones "abueliles" asolan España!!

    Por cierto soy Pérfida
    Un saludo coleguita

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  3. Hola Pérfida!!! Me hace especial ilusión que escribas en mi humilde blog. Pues casi, en el año que llevo con esta historia, nadie, salvo alguno/a de los seguidores/as a los que tengo sobornad@s, me ha hecho comentarios. Y el tuyo, me ha sorprendido y animado.

    Gracias.
    Un saludo, coleguita!!!

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