miércoles, 27 de noviembre de 2013

Mamá se convierte en La Cenicienta


Son las 6:30 de la mañana. Oigo, desde mi cama, unos diminutos y sigilosos pasos que se aproximan desde el pasillo hasta mi cuarto. Disimulo estar aún dormida, manteniendo mi posición de espaldas a la puerta, con la malintencionada idea de comprobar cual será la sorpresa que me espera. De repente, en el umbral de la habitación, se oye un cauteloso, suave y remiso hablar quedo: "Mami...Mami." Mantengo la espera. "Mami...Mami." Continúo con el silencio. "Mami...Mami." Me sorprende el cuidado y la delicadeza del susurrar del canijo. "Mami... Mami." Sin decir nada, pues sabía lo que venía buscando el pequeño noctámbulo, me giro echando hacia atrás sábana y manta lo que le indica el permiso para "conquistar" la cama ajena.
Enseñando su canija dentadura, al consentir, con el ademán de aprobación, el ultraje del lecho, de un respingo se introduce entre los cálidos lienzos paternales. Pegado como un sello a mi. La cara dispuesta a dos centímetros de la mía; lo que favorece tragarme el aliento de su respirar bucal. Su mano derecha, reposando sobre mi mejilla izquierda, además de su pierna, como si de un grillete se tratara, rodeando mi cintura, de tal guisa, cierra lo ojos con un dulce bisbiseo: "Aaaayyy maaami."
Una hora después, mi cama era como un tablero de tres en raya: el canijo, y todo su esqueleto, haciendo linea horizontal, vertical y diagonal en un espacio de 1,35m. Pienso: "Si el aprovechado bucanero todavía no controla el trazo vertical (competencia no adquirida, aún), - véase que intento darle algún tipo de justificación, un tanto absurda, a ese descontrol corporal-, ¿cómo pretendo que lo mantenga en mi cama?"
Diez minutos después, como si de un androide se tratara, abre los ojos de forma brusca y mecánica cómo si de repente se hubiera acordado de algo demasiado importante que no puede esperar:

"Mami...Mami. ¿Sabes qué?"
 "¡Qué cariño!" Pensé que iba a continuar con su almibarado parloteo, pero :

"¡ Ayer estuve viendo la Cenicienta!"
"¿Si? ¿Y te gustó?"
"Si." Afirmaba mientras asentía también con la cabeza.

"¿Me la quieres contar?"
"Pues era una niña que estaba todo el día limpiando. Tenía unas hermanastras. Y había una señora que era muy mala. Luego quiso ir a una fiesta. Pero no podía porque tenía que limpiar. Pero un hada la ayudó. Llegó al palacio del príncipe. Lo vio y se enamoró de él. Fin del cuento."

Me quedé sorprendida con el escueto y claro resumen del cuento. Pero la cosa no quedó ahí. Cómo siempre, peco de ser demasiado curiosa y no me quedé muy conforme con tan breve descripción; sabía que en la cabeza del canijo debía reposar algo más que esta breve sinopsis.

" Y ya!!?? Ya está!!??"
"Claro, Mami." Me replica convencido. Y con gesto de tener las cosas muy claras continúa: "Siempre es igual. A todas las chicas les pasa ¿A ti no te pasó con Papá?"

No sé si reír, llorar o ponerme profunda. La cuestión es que algunos cuentos infantiles no escapan de esa realidad sometida, falta de imaginación y creatividad.

Por eso, no me resisto. Y si me toca ser Cenicienta, me pido ser una Cenicienta Punk.


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martes, 12 de noviembre de 2013

Debut como suegra



En cada madre, ¿hay una suegra en potencia? Habrá quien piense que sí con fe ciega, sin atisbo de duda. Y habrá quien piense que no, que eso es sólo producto de dichos que han tomado legitimidad por costumbre y que por tanto cada cual maneja ,erróneamente, a su antojo. En mi caso esta frase rezuma un regusto, como otras tantas, machista y nada positivo. Hagan la prueba sino. Pongan en la barra de búsqueda de google, "frases para suegras", y verán tooooda una retahíla de clasificaciones, que carecen de bondad por naturaleza, que espanta: malas, metiches, buenas (pocas), que te odian, celosas, envidiosas, de facebook (esto, ¿es bueno o malo?), hipócritas, falsas...Con estas descripciones, ¿quién quiere tener una suegra? Yo, desde luego, no. Me niego, me entristece, (bueno, no es que me fustigue por ello), pensar que mi destino como futura suegra, por que lo seré, arrastre esa connotación pérfida y malévola. De hecho, este deseo de NO convertirme en la madrastra de blancanieves tiene su sentido. Me explico. Hay una canija morenita con carita de ratoncita Minie, preciosa, dulce, con un salero que quita el sentido, que me anda rondando. Que me está camelando. Bueno, no sólo a mi, al canijo lo tiene como un príncipe. Como un príncipe de Beckelar. ¿Por qué? Por que lo infla a galletas de chocolate, de crema, maria, cereales. Cuando llego a buscarlo por la tarde, es rara la vez que no me lo encuentro con unos enorrrrrmes churretes de chocolate alrededor de su boca. 

Bruno, ¿y esa boca?
Mami, I. que me dio galletas.
¡Pero bueno! I. te cuida mucho, ¿no?
Si, mami. Siempre me da galletas hasta que tú no me traes la merienda. 

Mientras, al otro lado de la puerta se oye una dulce, seseante y diminuta voz.

-¡Mami! ¡Mami de Bruno!
- ¡Hola, mi amor! ¿Qué pasó?
- ¿¡Viste, le dí galletas a Bruno!?
-Si, cariño. Ya lo vi. ¡Muchas gracias!
- Es que yo cuido mucho a Bruno. (¡Zas! En toda la boca con cuatro años).
- Ya, cariño. Ya lo veo.

Mientras, con cara de esto no va conmigo me quiero ir a jugar con mis colegas por favor déjense de tanta ñoñería, el canijo tirando de mi pantalón y chillando como una cría de gorila me pide que deje ya el almíbar con mi futura nuera y tire para donde están los machos. 

- ¡Vamos, mami! ¡Deja a I. y vamos con D.!

Como si se tratara de una despedida entre dos amantes, reconozco que me costó decirle adiós a ese bombón, el canijo tiraba de mí mientras yo giraba mi cabeza y alzaba mi mano diciéndole, atropelladamente, adiós a I.

- ¡Hasta mañana, mi niña!
- ¡Adiós, Mami de Bruno! ¡Adiós, Bruno!

El canijo volaba. Corría como alma que lleva el demonio. Impaciente por el encuentro con el resto de crías de homínido. Mientras que yo, (me faltó correrlo a cocotazos) le reprobaba su falta de tacto y galantería: ni un beso volado se digno a echarle a mi futura. Hombres, pensé.

Pero es que la cosa no queda ahí. Mi preciosa ratita presumida todos, todos, todísimos los días, si no me doy cuenta, llama mi atención para saludarme, para darme los días, para dedicarme una sonrisa. Es una auténtica ricura. Y yo no me puedo resistir. No. Cuando la veo alzando su mano, buscándome para sentirse correspondida con mi gesto de cortesía para con ella, su cara se ilumina. La sonrisa, modo rodaja de sandía, explosiona en toda la superficie que rodea al colegio. Y a mi, se me cae la baba.

Así que por mi parte, ésta niña me tiene en su redes. He caído, indefectiblemente, en sus manos. Y creo, que  yo he caído en las de ella. Ha surgido la conexión. El buen rollito: suegra-nuera. Lo que no me queda tan claro es si por la parte del canijo la cosa es tan intensa ya que sé, como futura madre de conquistador, que hay otra hermosura, menos cameladora, eso sí, que anda rondando los huesos del canijo. Así que, ni corta ni perezosa le lanzo: 

-Canijo, ¿quién es más guapa, I o C?  
- ¡Jo, Mami!
- A ver, ¡contesta!
- Pues C., Mami.

Mis oídos no podían creer lo que estaban oyendo. Pero lo más increíble de todo esto era mi actitud de posesa: I. había causado un efecto en mi de soberano hechizo. Pensaba: "¡Yolanda! ¡Esto es ridículo!, ¡Por el amor de dios, que sólo tienen cuatro años!" Pero, ¡oye! Tenía una picazón que no me dejaba existir con esa holgura de madre que no quiere interferir en afirmaciones primogénitas o sea, modo   "me la sopla". Y de nuevo, me asaltó la curiosidad y la necesidad de que me diera una razón, con FUNDAMENTO, del por qué C. era más guapa que I.

- ¿¡Cómo!?
- Si, mami, C.
- ¿Y, por qué?
- Pues muy sencillo, POR QUE ES RUBIA.

¿Qué hacer? Uno. Tragarme mis palabras y seguir, como corriente de agua, con mi nueva identidad de pusilánime suegra bajo el hechizo de mi adorada y cameladora morena conquistadora. O dos. Ser directa y manifestarle a la enamorada, (fíjate si soy buena suegra, que ni tiro para el canijo Don Juan), echando mano de un feminismo primitivo, defensivo, puritano, que la ruina de una mujer empieza inevitablemente cuando se enamora de un hombre.

Mientras lo pienso, dejaré el traje de suegra colgado y me dedicaré a lo mío...A ser una madre en potencia!!

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